El coach de idiomas no es un profesor, no te enseña gramática ni te hace exámenes de nivel. Su papel es el de ser un guía para la persona que aprende el idioma.

Un buen coach de idiomas te ayuda a sacar todo tu potencial para que el proceso de aprendizaje sea lo más eficaz, positivo y satisfactorio posible.

A diferencia del profesor de idiomas, el coach respeta los tiempos del que aprende, le ayuda a identificar y superar posibles bloqueos con el idioma y le da herramientas para estudiar de forma eficaz.

El mejor profesor para ti eres TÚ

El coach de idiomas parte de la premisa de que el único que puede enseñarte bien un idioma eres tú.

La mayoría de nosotros estamos más que capacitados para aprender un idioma nuevo, da igual la edad que tengamos. De hecho, en contra de lo que muchos podrían pensar, la edad en este caso juega más a nuestro favor que en contra.

El problema muchas veces es una falta de motivación derivada de una técnica de estudio poco eficiente. Y ahí es donde entra en juego el papel del coach de idiomas: su responsabilidad es hacer que el que aprende se mantenga motivado, disfrute con el aprendizaje y, sobre todo, que este sea capaz de ver resultados desde el minuto uno.

El verdadero secreto del aprendizaje de idiomas

Un buen coach de idiomas suele ser alguien políglota.

Aunque no creo que sea imposible dar pautas de aprendizaje sin hablar más de dos idiomas, es lógico pensar que alguien que habla tres, cuatro o más idiomas ha perfeccionado el arte de aprenderlos. De hecho, igual que el cuerpo se «hace» a lo que exigimos de él, nuestro cerebro también.

Es una verdad incontestable que cuantos más idiomas sabe una persona, menos le cuesta aprender uno nuevo. Una de las razones de esto es, precisamente, que el cerebro del políglota ya está «hecho» a ese tipo de aprendizaje y, por tanto, ha desarrollado maneras eficaces y simples de entender nuevas palabras, retener información y transitar de un idioma a otro.

Quién mejor para guiarnos a la hora de aprender un idioma nuevo que alguien que está más que acostumbrado a enfrentarse de cero a un idioma, a sabiendas de que alcanzará el objetivo que se proponga con ese idioma sea el que sea.

Lo he intentado antes y he fracasado. ¿Por qué con un coach de idiomas va a ser distinto?

Muy sencillo, porque para empezar hasta ahora nunca te has enfrentado a la tarea de aprender un idioma nuevo con la confianza y seguridad de que cuentas con todo lo necesario para ello.

Si no me crees, déjame que te explique un poco cómo funciona un coach de idiomas y qué es lo que se trabaja con él.

  1. El coach tiene una o varias entrevistas para conocer de cerca a la persona que quiere aprender un idioma nuevo. En dicha entrevista se centra en reunir datos acerca de la persona como cuál es el idioma de su preferencia y por qué lo ha elegido, qué quiere conseguir y en cuánto tiempo, cuál es su bagaje lingüístico, qué miedos, inseguridades, etc tiene que puedan dar lugar a posibles bloqueos, y una multitud de factores más. En definitiva, el coach dedica una(s) primera(s) sesión(es) a conocer bien a la persona a la que va a guiar en su aprendizaje. Toda la información que reúna le será de gran utilidad para componer una hoja de ruta hecha a la medida de las necesidades del que aprende.
  2. A diferencia de un profesor de idiomas tradicional, el coach centra sus esfuerzos en conseguir que el que aprende conecte con el nuevo idioma no solo desde el punto de vista cerebral sino también emocional. Esto es importante, porque sin esa conexión emocional con el idioma es muy difícil no perder las ganas de estudiar y seguir aprendiendo. Que el que aprende se mantenga motivado es quizá si no la mayor, una de las más importantes responsabilidades que el coach tiene para con el que aprende.
  3. Otra de las grandes responsabilidades que tiene el coach junto con el mantener la motivación de la persona que aprende es ayudar a este a fijarse objetivos realistas, pero que además se ajusten a los deseos y necesidades de la persona. Teniendo en cuenta que no todos queremos ni necesitamos lo mismo en la vida, con los idiomas sucede lo mismo. Entender esto y tenerlo siempre presente a la hora de guiar a otra persona en su aprendizaje es fundamental para tener éxito y que el que aprende no acabe frustrado y tirando la toalla.

Como ves, hay una gran diferencia entre un profesor de idiomas tradicional y un coach de idiomas. ¿Es mejor uno que otro? No, simplemente son figuras muy diferentes y, por tanto, sus roles en el proceso de aprendizaje son muy diferentes. El profesor considera que es él el que enseña, mientras que el coach entiende que cada uno tiene que hacerse responsable de los conocimientos que adquiere.

El hecho de haber fracasado antes puede tener que ver con haber tenido una mala experiencia de aprendizaje (un mal profesor, un mal método, entre otras), pero no necesariamente. Quiero decir que hay gente que simplemente acaba tirando la toalla porque no ve resultados, o que directamente se rinde antes casi de comenzar (miedo, inseguridad). Pero si uno confía en sí mismo como para sentirse plenamente capacitado para aprender un idioma, CUALQUIER idioma, entonces ya tiene medio camino hecho. El otro medio será una carrera de fondo donde la motivación y la resilencia serán claves para no rendirse.


El coach de idiomas es un guía: hace que uno no se pierda y sea eficaz en el estudio, de forma que aprenda solo lo necesario para cumplir sus objetivos con el idioma.

El coach de idiomas es también un apoyo: se centra en que uno se mantenga motivado a lo largo de todo el proceso y garantiza que el que aprende no tire la toalla.

Y por último, el coach de idiomas es la herramienta más efectiva que hay en el aprendizaje de idiomas: sabe trucos que agilizan el proceso de aprendizaje, problemas que pueden surgir y cómo solucionarlos, hábitos a evitar y rutinas que hay que seguir. En definitiva, es experto en lo suyo y, como tal, sabe que necesita el que aprende para que desarrolle su máximo potencial.